La cultura
muisca se asentó en el altiplano cundiboyacese y al sur del departamento de
Santander, entre los años 5500 y 1000 A.C. El territorio dominado por este
pueblo comprende lo que hoy se conoce como Zipaquirá, Nemocom, Ubate,
Chiquinquirá, Tunja y Sogamoso.
La economía
de esta cultura se basó en la agricultura y la crianza de animales. Uno de sus
productos estrella era el maíz. A partir de este elaboraban alimentos y
utensilios los cuales se intercambiaban en forma de trueque entre los
pobladores.
Los muiscas
fueron grandes maestros a la hora de trabajar el oro. Se especializaron en la
técnica de la tumbaga, que consiste en la utilización de una mayor proporción
de cobre en la aleación del oro. Además de estas actividades, los muiscas
destacaron en la confección de textiles.
Una de las particularidades de la cultura muisca es que cada tribu mantenía su propia autonomía, considerándose como una celda de la confederación. El poder absoluto sobre la tribu estaba a cargo del cacique, quien se consideraba el jefe supremo.
1.
Sacrificios humanos
La
información que se tiene sobre los sacrificios humanos en la cultura muisca
viene de la tradición oral de los conquistadores españoles. Según sus relatos,
una de las costumbres de los Muiscas incluía sacrificios humanos de prisioneros
de guerra y de niños traídos de los Llanos. Estos rituales los realizaban en
templos en los que se rendía culto al sol y a la luna, y se daban bajo dos
condiciones:
• La primera condición era que si en
guerra contra algún pueblo enemigo capturaban a un muchacho con aspecto de
virgen, este se ejecutaba.
• La segunda condición era que el
sacrificado fuera uno de los jóvenes a los que llamaban moxas o mojas. Estos
eran niños entre 7 y 8 años, los cuales eran comprados en un lugar llamado
«Casa del Sol». Cuando llegaban a la pubertad eran sacrificados y su sangre
ofrecida a los dioses.
2.
Matemáticas con los dedos
Los Muiscas
se valían de sus dedos para contar. Para los números del 1 al 10, usaban los
dedos de las manos. Para contar de diez en adelante se servían de los dedos de
los pies, anteponiendo la palabra «quijicha», que significa pie, a los diez
primeros números. Al número veinte le llamaban «gueta», después sumaban de
veinte en veinte, es decir, un veinte, dos veintes, tres veintes y así.
Además de esto, el palmo y el pie los usaron
como sus medidas de longitud.
3. Mezcla de palabras
Un
muisquismo es un vocablo que tiene su origen en el idioma muisca y que fue
tomado para uso cotidiano por el español. Pese a la imposición del castellano,
el muysccubun como lengua de sustrato se adaptó a la fonología del español y
dejó su huella en el habla de gran parte de los habitantes del Altiplano
Cundiboyacence.
Debido a
esto, una gran cantidad de nombres de poblaciones del altiplano cundiboyacence
son muisquismos. Algunos ejemplo son: Zipaquira o Chinquinquira, donde la
terminación quira significa ciudad.
Otras de
estas palabra y de común uso son: fique, curuba, uchuva, tote o chisa.
4. La
leyenda del Dorado
Uno de los
mitos fundamentales de la cultura muisca es la leyenda del Dorado. Para ellos,
las lagunas eran la morada de los dioses, según sus creencias la Diosa Bachué
emergió de la laguna con un niño en sus brazos y de ahí surgió la raza humana.
Según la tradición,
Guatavita era gobernaba por el cacique Sua. Este cacique era un gran aficionado
de la chicha y las bacanales. Pero su mujer, con la que había tenido una hija,
se enamoró de un guerrero. Ella y su amante fueron sorprendidos y Sua sometió
al guerrero a las peores torturas. Como último acto, Sua le sacó el corazón y
obligó a su esposa a comerlo. Ante el feroz ataque, la esposa del cacique
escapó y se sumergió en la laguna con su hija en brazos.
Entonces Sua
ordenó a los sacerdotes que recuperaran a su familia, pero estos le dijeron que
la mujer ahora vivía bajo el agua. Allí era resguardada por una gran serpiente.
Abatido y decepcionado el cacique ordenó que a partir de ese día, se arrojaran
a la laguna los más valiosos objetos como ofrenda para recuperar a su familia.
Este es el origen de “El Dorado”, un tesoro buscado hasta el día de hoy por centenares de personas que visitan la Laguna de Guatavita.
5. Lucha por
preservar su cultura
Desafortunadamente,
el pueblo muisca experimentó un fuerte proceso de aculturación, reflejado en la
pérdida de aspectos formales de su cultura. En la actualidad, algunos
descendientes muiscas luchan por recuperar sus tradiciones y concepciones del
mundo. Este proceso busca que la comunidad vuelva a tener el esplendor del
pasado pero este proceso es complejo y largo.
Los muiscas
continúan organizados en torno al cabildo con un gobernador elegido
colectivamente. El acceso a la tierra se legitima mediante el reconocimiento de
lazos de consanguinidad. Ya sea respecto a los fundadores de los resguardos
coloniales o republicanos.
Muchos de
ellos se dedican a la siembra de maíz, la ganadería y a otras actividades
complementarias como el trabajo en la construcción y en la educación.
Observa el siguiente video:
https://www.youtube.com/watch?v=s2xD4k4_brQ
mito de la cultura muisca
https://www.youtube.com/watch?v=P6-k2ZVNiIM
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