CIENCIAS SOCIALES-COMPETENCIA semana XI - 25 de JUNIO 2020


LAS LEYES DE ROMA

La ciudadanía romana era una posición social privilegiada en relación con las leyes, estatus social, propiedad y acceso a posiciones de gobierno , que se otorgaba a ciertos individuos a lo largo de la historia de la Antigua Roma.

Es difícil generalizar a través de todo el periodo de la historia de la Roma antigua, dado que tanto la naturaleza como el criterio de accesión a la ciudadanía fueron modificados a través de la legislación ante César, etc, durante el desarrollo de esa historia. Sin embargo, y muy generalmente, tanto durante el periodo de la República como posteriormente, durante la época del Imperio, los residentes en Roma podían ser divididos en los siguientes grupos:

         Los hombres libres o ciudadanos (en el sentido de ser habitantes de o nacidos en Roma) quienes gozaban los derechos que seguían al estatus de ciudadano. Esa condición podía, en ciertas circunstancias, perderse.

         Los “nativos”: aquellos que vivían o provenían de territorios conquistados originalmente por Roma, habitantes de estados aliados o “clientes” (dependientes) incluyendo colonias de Roma, a quienes se les otorgaba una forma limitada de ciudadanía, que, en la práctica, consistía en una especie de ciudadanía de segunda clase. El ejemplo más conocido de este tipo de ciudadanía es el que se aplicaba a los nativos del centro de Italia: el Derecho Latino.

         Las mujeres: constituían una clase aparte -cuyos derechos variaron, como los de la ciudadanía, a través del tiempo-. Las mujeres, cualquiera fuera su estatus, nunca tuvieron la totalidad de los derechos ciudadanos otorgados a los varones. No podían, por ejemplo, votar o ser elegidas en cargos de elección. 
En teoría las mujeres estaban sujetas al control de sus “pater familias”, los que, por lo menos durante un periodo histórico, tenían incluso el derecho a obligarlas a divorciarse y volverlas a desposar. - durante la República y entre las clases altas era práctica común utilizar los matrimonios para consolidar relaciones políticas.- Tenían, sin embargo, el derecho de propiedad personal.

         Esclavos: los esclavos se consideraban propiedad y poseían solamente algunos —y muy limitados— derechos, pero podían comprar su libertad u obtenerla por decreto del propietario. Los esclavos podían ser vendidos, maltratados, mutilados, violados, torturados o muertos a voluntad de sus propietarios. La muerte —por el propietario o algún otro— de un esclavo era tratado como un asunto de destrucción de propiedad, no como un homicidio. Sin embargo, un esclavo liberado, un liberto, obtenía ciudadanía completa
Obtención y pérdida de la ciudadanía romana

Obtención de ciudadanía

         La ciudadanía se otorgaba automáticamente a todos los hijos de un matrimonio legal de un ciudadano

         Los esclavos liberados obtenían la ciudadanía, sin embargo, mantenían algunas formas de obligaciones con sus antiguos amos, transformándose en clientes

         Los hijos de los esclavos liberados eran ciudadanos de derecho propio.

         La ciudadanía fue finalmente concedida a aquellos que no eran hijos de romanos en 212 d. C. por el emperador Caracalla.

         El derecho de ciudadanía se extendió, gradualmente, a los habitantes de las provincias latinas.

         Aquellos que servían en cuerpos militares bajo las órdenes de romanos (auxiliares militares) adquirían ciudadanía, la que se trasmitía a sus hijos.

         Se podía lograr ciudadanía por servicios "extraordinarios" a Roma.

         La ciudadanía se podía comprar, aunque el precio era muy alto.

         Con el tiempo se hizo costumbre considerar ciudadanos romanos a los habitantes de provincias (países) completos que habían mantenido lazos de amistad y comercio con Roma por largo tiempo. Generalmente esto era una especie de premio o reconocimiento de una realidad político social. Sin embargo, a veces era una manera de lograr fines políticos. Finalmente, el Edicto de Caracalla otorgó ciudadanía a todos los habitantes libres del Imperio.

Pérdida de ciudadanía

La ciudadanía se podía perder debido a varias razones, por ejemplo:
         Si una persona se trasladaba voluntariamente a vivir en alguna otra ciudad o estado.
         Si un individuo cometía traición.
Solamente los ciudadanos romanos podían servir en las legiones. Sin embargo, un legionario perdía algunos de sus derechos: no podía, por ejemplo, contraer matrimonio y, consecuentemente, los hijos de tales uniones no eran ciudadanos a menos que —una vez vuelto a la vida civil— se desposara legalmente.

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